La bandurria es un
instrumento de cuerda pulsada y pertenece a la familia del laúd
español, no del laúd del Norte de Europa. En esta familia aparecen
cinco instrumentos (bandurria soprano, bandurria contralto, bandurria
tenor, bandurria bajo y bandurria contrabajo), aunque solo se han
extendido en uso los tres primeros. A la bandurria tenor también se
le llama laúd, pero realmente es un nombre popular. Se le llamaba
nuevo laúd a principios del siglo XX porque sus formas y sonido
querían recordar a aquel instrumento del Barroco, pero realmente no
pertenecen a la misma familia de instrumentos. La bandurria tenor
tiene una forma muy similar al laúd, pero con el mástil más corto
y el cuerpo más redondeado, aunque el fondo del instrumento, como en
la guitarra, es plano, al igual que el del laúd y a diferencia del
laúd barroco, con el que no tiene parentesco, ya que está abombado.
Se toca con púa de
concha o de cuerno de búfalo aunque en la actualidad se utilizan
púas de plástico que tienen distintos grosores. Las púas más
usuales se moldean a gusto del ejecutante. Las formas más utilizadas
son de gota de agua, triangular y doble punta.
Tiene doce cuerdas
(seis pares): seis de tripa y seis entorchadas, aunque las bandurrias
modernas suelen montar los dos primeros pares metálicos y los cuatro
últimos pares entorchados. Las cuerdas entorchadas pueden tener el
alma de acero o de nailon como las de guitarra actuales. Su afinación
más habitual, del primer al sexto par, es la-mi-si-fa#-do#-sol#. Se
usa en coros y en música popular. Es imprescindible en una tuna
universitaria y en orquestas de pulso y púa. A pesar de lo que se
piensa de forma generalizada, también se emplea para interpretar
música académica.
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